Julio Lobo por Luis Mejer

 




Breve datos bibliográficos de la vida de JULIO LOBO OLAVARRIA, quizás uno de los hombres de empresa, coleccionista de piezas Napoleónicas y libros y documentos de peso e históricos más importante en la historia de Cuba. Un ejemplo del desarrollo que el capitalismo de La Republica permitió y que convirtió a Cuba en una de las naciones más prósperas del continente Americano. Cortesía de D. Ja come.

JULIO LOBO, ZAR DEL AZUCAR
(Publicado por D. Jácome)

Enterrado en una cripta de la Catedral de Nuestra Señora de La Almudena, en Madrid, vestido con una guayabera y envuelto en la bandera de Cuba.
Julio Lobo Olavarría, la principal fortuna individual que tuvo Cuba, fue el más importante hacendado cubano. Propietario del mayor número de centrales e ingenios y grande posesiones de tierra distribuidas en toda la isla, cuya producción total ascendía a 4 117 000 arrobas diarias de azúcar. Principal vendedor de azúcar en el mercado mundial, llegando a controlar alrededor de la mitad de la producción cubana y puertorriqueña, gran parte de la de origen filipino y el 60% del refino en el mercado norteamericano.

Además de comerciante, fue banquero en la década del 50, e inversionista de éxito en la Bolsa de Nueva York. Se calcula que tuvo un volumen de negocios de unos 30 000 millones de dólares. Parte de su fortuna provenía de algunas de las muchas sociedades de su padre, como la Galbán, Lobo y Cía. Para comentarles sobre todos sus negocios y propiedades, necesitaría de varias publicaciones.

Nació en Caracas el 30 de octubre de 1898. Se graduó de Ingeniero Agrónomo en la Universidad de Columbia y estudió también en la de Luisiana. Su origen judío lo corrobora Alejo Carpentier en su novela La consagración de la primavera, cuando se refiere a las fastuosas fiestas que daba con empresarios de la isla, comerciantes de varias partes del mundo, escritores, artistas, científicos y estrellas de Hollywood. Su padre, Heriberto Lobo, descendiente de judíos asentados en Curazao, siendo un notable empresario en Venezuela fue destinado en Cuba como Administrador de la “North American Trust Company”. Y se asentaron en La Habana.

Siendo el mas importante de los principales vendedores de azúcar en el mercado mundial, en la época de “sin azúcar no hay país”, Lobo manejaba la mitad de los seis millones de toneladas que se producían en la isla al año.

En su central favorito, “Tinguaro”, Lobo recibía a intelectuales de medio mundo y a actrices de Hollywood como Esther Williams o Joan Fontaine, a quien propuso matrimonio y conservó su amistad hasta el fin de sus días. Como a Bonaparte, le apasionaban las mujeres bellas. Los políticos no solían estar invitados a su mesa.
Algunos le consideran el “Napoleón de Cuba”, sin embargo, el “zar del azúcar” -como se le conocía, según el testimonio de Leonor Lobo Montalvo, la mayor de sus dos hijas, nunca trató de emularlo …“no era tan soberbio como para pensar que era igual que Napoleón Bonaparte” pero reconoce similitudes: ambos fueron hombres de acción, multifacéticos, controvertidos, solitarios, vivieron su propio Waterloo y murieron en el exilio.

No sólo fue el más notable empresario de Cuba sino el coleccionista más sofisticado. El “barón” Julio Lobo, pues había comprado este título, era un hombre rico y culto, amante de todo lo que se relacionara con la Revolución Francesa y Napoleón Bonaparte. Compraba en sus inicios por su intuición, pero posteriormente asesorado por especialistas que le ayudaban a escoger, autenticados previamente, esculturas, grabados, pinturas y libros en subastas en Londres, Nueva York, San Petersburgo y París.

Se interesaba por todo aquél que tuviera gustos exóticos o fueran personajes nada comunes, como fuera “El Caballero de París”, a quien regalaba indumentarias de época.

Era además un extraordinario bibliófilo. Apasionado con la compra de libros, fue creando un volumen que ya no cupo en su casa de Miramar y trasladó su colección a la mansión que poseía en 11 y 4, en el Vedado. Quizá muchos desconozcan que Lobo deseó poner su colección al servicio del pueblo cubano.

Su biblioteca napoleónica comenzó a organizarse en el año 1954, contando, entre otra, con la asesoría de María Teresa Freyre de Andrade, su amiga personal, y luego directora de la Biblioteca Nacional José Martí desde 1959 hasta 1967. Ella se había formado como bibliotecaria en la Universidad de La Sorbona de Paris y tenía como experiencia la de haber clasificado la biblioteca del Lyceum Lawn Tennis Club.
Su colección estaba compuesta por biografías, manuscritos, láminas, hemeroteca de periódicos y revistas, correspondencia, atlas, monografías, diccionarios, partituras, diarios de campañas, fotos y documentos oficiales. Josy Muller, conservador de los Museos de Arte e Historia de Bélgica y especialista en los temas napoleónicos, fue invitado por Lobo a Cuba. Con su ayuda se hizo un catálogo que nunca fue editado. Contaba con 2 321 registros de 1 356 autores. En 1958 las piezas que tenía en almacenes de Nueva York, fueron traídas para a La Habana, sin sospechar lo que el destino le deparaba.

Sus exlibris eran un sello de la Fundación Lobo-Olavarría y otro de la Biblioteca Julio Lobo. Muchas de las piezas eran identificables por la N napoleónica.
La mayor parte de la colección de Julio Lobo (entre 7 000 y 8 000 piezas) están desde el año 1961, en el “Museo Napoleónico de La Habana”, situado en San Miguel y Ronda, antigua residencia de Orestes Ferrara, del que ya hemos hecho una publicación. Orestes Ferrara hizo construir un recinto para su biblioteca de 100 metros cuadrados forrado en maderas preciosas y allí se encuentra también parte de la colección de los libros de Lobo. Otro grueso de la colección de su biblioteca se encuentra en los fondos de la Biblioteca Nacional.

Julio Lobo falleció en Madrid el 30 de enero de 1983, a los 84 años. Está enterrado en una cripta de la Catedral de Nuestra Señora de La Almudena, en agradecimiento de las autoridades eclesiásticas de España por las importantes donaciones monetarias para su edificación. Fue fundador en Madrid del Centro Cubano.

CUBA EN LA MEMORIA 23/04/20

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